A diferencia de lo que marca la historia, fue una bienvenida mucho «más tranquila» como consecuencia de la pandemia que no se detiene.
El mundo empezó el año con más de 83 millones de casos confirmados de coronavirus, un abanico amplio de restricciones y una noche muy distinta a los Año Nuevo anteriores, con fuegos artificiales y brindis, pero sin fiestas masivas ni concentraciones en las calles en la mayoría de las grandes ciudades.
En el corazón de Nueva York, la plaza seca de Times Square, hubo poca gente, al igual que en las playas de Río de Janeiro donde cientos de miles suelen recibir el año. En los Campos Elíseos de París, la desolación fue aún mayor con la gran avenida casi desierta.
Brasil, el segundo país con más muertos por la pandemia con casi 195.000, tuvo una noche muy dispar según la ciudad y la determinación de sus gobernantes locales de imponer y hacer cumplir restricciones.
En la emblemática playa de Copacabana la Policía no permitió durante toda la madrugada el acceso, aún cuando se lanzaron los fuegos artificiales tradicionales. En otras playas, en cambio, como Praia do Rosa, al sur de Florianópolis, las fiestas multitudinarias y sin tapabocas se realizaron como todos los años.
Mientras, las imágenes de la medianoche en Europa se caracterizaron por calles vacías y las tradiciones canalizadas por la televisión y dentro de los hogares, en Asia, donde en términos generales la pandemia parece estar más contenida que en el Hemisferio Occidental, se vieron algunas multitudes recibiendo el nuevo año.
Nueva Zelanda, país aplaudido por su gestión del virus, dio la bienvenida al nuevo año con multitudes reunidas en Auckland para un espectáculo de fuegos artificiales.
En Wuhan, la ciudad china donde se cree surgió el coronavirus que marcó la suerte de 2020 y posiblemente también afecte todo 2021, miles de personas se juntaron en la calle para recibir el año y disfrutar de los fuegos artificiales.
Las concentraciones fueron menores en Hong Kong, pero las calles no estuvieron vacías, pese a las restricciones.
Según el conteo de la Universidad Johns Hopkins, el mundo ya suma más de 83,5 millones de contagios y más de 1,8 millones de muertos.
Fuente: Télam