«Sobre violencias, grietas,…y coso»

Por medio de su red social el Movimiento por Memoria, Verdad y Justicia de las Víctimas del Terrorismo de Estado en Punta Alta, MOVEJUPA, revelaron que han sufrido un hecho vandálico sobre el monolito que lleva la piedra basal en su predio de Primera Junta y Libertad.

El monumento en donde se emplazaba la piedra llevaba en el lugar desde su inauguración en el año 2012.

Por el hecho han emitido el siguiente comunicado:

«SOBRE VIOLENCIAS, GRIETAS,…Y COSO
Desde tiempos inmemoriales las personas vienen observado situaciones negativas, rechazables, repudiables y manifestando su sorpresa y pronto distanciamiento de ellas.
¿A quién no le repugna la actitud de Caín con Abel en la metáfora bíblica? pero también ¿cuántos creyentes o gente de bien entienden la pregunta retórica del varón mayor en el mismo relato «¿Acaso soy yo el custodio de mi hermano»?
Quizás nos acostumbramos a mirar la violencia, de cualquier índole, como observadores detrás de una vidriera sin advertir que los hechos ocurren en el entorno del que formamos parte. Para contestar a la pregunta, si somos personas de bien, debemos reflexionar, revisar nuestras conductas como acciones causales o consecuencias, porque somos parte del escenario, quizás actores involuntarios o inconscientes.
Ante hechos violentos, es prudente establecer quién es la víctima y quién el verdugo y optar por la adhesión a cuál.
Nuestra ciudad no es ajena al crecimiento, tolerado en general, de la violencia globalizada. Se observa una actitud quizás laxa ante comentarios profundamente agresivos en lugares de reunión casual donde pareciera que cada vecino apuesta con sus dichos a ver quién dice o propone la mayor brutalidad. Eso sí, que ocurra bien lejos de ellos mismos y de sus familiares. Se siembran agresiones a troche y moche del modo más irracional sin advertir dónde se esparcen las semillas.
La historia específicamente puntaltense muestra una respuesta negadora u olvidadiza de las violencias ocurridas aquí y en la zona a través de secuestros, desapariciones, torturas, a estigmatizaciones, persecuciones. Muchos ignoran, -o pretenden hacerlo,- que muy próximos a nosotros funcionaron tres centros clandestinos de detención y tortura y que allí padecieron no sólo otros ciudadanos argentinos sino también vecinos, algunos de los cuales no volvimos a ver.
Nuestro Mo.Ve.Ju.P.A.,-Movimiento por la Memoria, la Verdad y la Justicia de Punta Alta -, hace más de 12 años que viene trabajando y sembrando memoria para que no se vuelvan a repetir actos aberrantes como los ya vividos particularmente aquí. Siempre hemos actuado a derecho y a la luz del día, en forma pública y publicada, difundiendo e invitando a la participación de la población. Siempre hemos tenido el gesto respetuoso hacia las víctimas y familiares. Nunca necesitamos actuar en las sombras y mucho menos en forma anónima y huidiza, e intentamos crecer en un medio tan hostil porque no deseamos una población amnésica, que hable de grietas mientras actúa embozada y violentamente, que se mantenga fuera de cualquier hecho con la excusa aún vigente de » y,…algo habrán hecho» o sacudiendo simplemente la cabeza sin reflexionar qué hacer, cómo contribuir para frenar la insensatez de las respuestas destructivas que se van multiplicando, no sólo con nuestra institución, sino también con otros espacios que incumben a la vida de todos.
Llamativamente las agresiones siempre son del lado de quienes se erigen como gente respetuosa, de principios, republicanos, y demases. Los mismos que hablan a los gritos, se creen dueños de la verdad y apoyan la libertad, (la suya), y el derecho a portar armas y hacer lo primero que les pinte. Como derribar con sus anónimas manos un pequeño paredón mudo levantado ayer, que estaba destinado a homenajear los 40 años de sistema democrático ininterrumpido de nuestro país, y destruir el monolito con nuestro logo, frente al cartel identificador. Eso sí, en silencio y lejos de miradas de censura, para que nadie les eche por tierra tanta alharaca de principios.
¿Somos conscientes de que las sociedades se construyen permanentemente y de que cada ciudadano es un ladrillo necesario e insustituible en el resultado? ¿Somos conscientes de que estos gestos como el ocurrido en horas nocturnas de ayer, no nacen de un zapallo, no surgen por generación espontánea? ¿Entendemos realmente que con la violencia no se puede construir nada bueno,- tampoco con la ignorancia o la indiferencia-, que los resultados nos enchastrarán a todos, que no podemos repetir la historia del siglo pasado con tanto odio generado lentamente para desembocar en los horrores vividos por el mundo?
Somos un movimiento que tardó en gestarse y no estamos dispuestos a bajar ninguna bandera por Memoria, Verdad y Justicia. Nos duelen las agresiones, la inconsciencia de los violentos pero eso no hará que abandonemos la decisión que nos llevó en 2010 a consolidarnos y ser reconocidos a nivel nacional y a través de la Red de Organismos de DDHH. Creemos que nuestro objetivo nos involucra a todos los humanos y está más allá de cualquier material que pueda derrumbarse. Vamos marcando hitos, dejando símbolos, como siempre ha hecho la civilización en esta tierra. Podrán intentar desaparecerlos y empecinados volveremos a construirlos con el apoyo de quienes comprenden cómo preservar la dignidad de humanos.
Continuaremos con tolerancia ante las diferencias, no así con acciones de violencia y recurriremos a la legalidad que debe asistir a cualquier sociedad y a todo ser humano de buena voluntad para garantizar la seguridad y la vida de todos.»