Conviene destacarlo: desde el primer día de marzo, las 13.000 farmacias del territorio nacional (o su mayoría…) rechazarán las prescripciones fotografiadas, confirmaron desde la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA) y también desde Farmacity, una de las cadenas que más presencia tiene en el país.
María Isabel Reinoso, presidenta del Colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Buenos Aires y prosecretaria (hasta diciembre había sido presidenta) de COFA, habló de uno de los obstáculos que avizora a partir del primer día de marzo: “Las obras sociales son complicadas. Esperamos que garanticen poner a disposición las recetas electrónicas en todas las farmacias, tengan convenio o no”.
Aun cuando el tema avanza y promete modificar (para mejor) la adquisición de fármacos de venta bajo receta de un modo más seguro y práctico, una ronda de consultas a distintos protagonistas del sector mostró que, si bien hay consenso en dejar de lado las muy endebles foto-recetas, las prescripciones digitales son un capítulo que viene lento.
Recetas electrónicas: trazabilidad y modernización
Por un lado, dijo Reinoso, por los cortocircuitos que puedan surgir en cuanto a la trazabilidad de las plataformas que emiten las propias recetas electrónicas, con respecto a los softwares de las farmacias.
En este punto son esperables diferencias obvias, según los recursos (y la voluntad de aggionarse) que manejen las obras sociales y prepagas para poner a punto sus sistemas informáticos.
El otro gran tema compete a las autoridades: no hay todavía una exigencia (ni un control) con respecto a la firma digital o electrónica de los profesionales de la salud, detalle nada menor que debería figurar en todas las recetas electrónicas, algo que no ocurre en todos los casos.
“Es decir que los módulos de prescripción electrónica permitan que los médicos confeccionen recetas duplicadas para aquellos medicamentos que tengan el requisito de ‘receta archivada’”, dijo.
Es el caso de algunos antibióticos y de todos los psicofármacos”. En una importante prepaga consultada no lo negaron: “Ah, no… si es con receta archivada, la hacemos en papel, por ahora”.
Fuente: Clarín