En el día de su cumpleaños número 62, el presidente Alberto Fernández se comenzó a sentir mal y por la noche decidió someterse a un test de antígeno que reveló que estaba contagiado de coronavirus, por lo que debió aislarse inmediatamente, cumpliendo así con el protocolo sanitario.
“Lo que me pasó a mí demuestra que todos nos tenemos que cuidar. Yo vivo cuidándome y sin embargo me dio positivo. Eso demuestra que todos tenemos que estar alerta y respetar todo lo que es necesario para evitar el contagio”, dijo el Presidente a Infobae.
El jefe de Estado comenzó el día festejando un nuevo aniversario de su nacimiento junto a su familia, pero también atendiendo a las obligaciones que tiene como máxima autoridad del país: entre otras cuestiones que componían su agenda, mantuvo una reunión con el intendente del partido de Hurlingham, Juan Horacio “Juanchi” Zabaleta.
Cerca de las 21 de ayer fue hasta su cuarto en la Quinta de Olivos para cambiarse antes de asistir a la cena de cumpleaños junto a sus seres queridos, pero en ese momento sintió calor en su rostro y un poco de dolor de cabeza. Se tomó la temperatura y notó que tenía una leve fiebre de 37.3 grados.
En un primer momento, el mandatario no le dio demasiada importancia al asunto y se limitó a tomar un analgésico y, si bien sintió un poco de alivio, posteriormente decidió llamar por precaución a su médico personal, Federico Saavedra, que le indicó que se realice un test de antígeno.
Lo que sucedió después es de público conocimiento: la prueba reveló que el Presidente estaba contagiado de coronavirus, por lo que se activaron todas las medidas de prevención pertinentes para evitar que contagie a otras personas. Uno de sus funcionarios más cercanos, el secretario General de la Presidencia, Julio Fernando Vitobello, no se encuentra en Buenos Aires.
“Si bien estamos a la espera de la confirmación a través del test PCR, ya me encuentro aislado, cumpliendo el protocolo vigente y siguiendo las indicaciones de mi médico personal”, precisó sobre su estado de salud el propio Alberto Fernández en su cuenta de Twitter.
Según detallaron fuentes cercanas a la Casa Rosada, el jefe de Estado decidió trasladarse hasta la residencia de huéspedes que hay en la Quinta de Olivos, donde permanece completamente solo, ya que su pareja, la Primera Dama Fabiola Yáñez, también se sometió a un test, pero le dio negativo.
Desde ese lugar deberá trabajar a partir de ahora, o por lo menos hasta que se recupere, a menos que el PCR al que se sometió después del test de antígeno desmienta el contagio. Por el momento, la unidad médica presidencial controla su presión arterial cardíaca y se le practicará una evaluación pulmonar.
Encerrado en aquella ala de la Quinta de olivos, Alberto Fernández llamó a Vitobello para pedirle que se comunique inmediatamente con el vicejefe de Gobierno porteño, Diego Santilli, para explicarle la situación, dado que el mandatario nacional tenía previsto para este sábado una reunión con la máxima autoridad de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, para evaluar la actualidad de la pandemia en el distrito.
A pesar de tener que estar aislado, el Presidente decidió no suspender esa conversación que se realizará de todas formas, aunque a la distancia. Todavía no está definido si será por teléfono, a través de Zoom, u otra plataforma similar.
Antes de acostarse a dormir, el líder de la Casa Rosada disfrutó de la cena, pero lo hizo en la soledad de la residencia para huéspedes, donde solamente tuvo contacto con los asistentes que, con barbijos y guantes, le alcanzaron los alimentos hasta la habitación.
Mientras espera el momento de reencontrarse con su la Primera Dama, el mandatario podrá, en su tiempo libre, ponerse al día con dos series que estaba mirando: La ley de Comey, que cuenta la historia James Comey, director del FBI, y su relación con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, durante los primeros meses de su gobierno; y Your Honor, una ficción sobre un juez respetado que se ve involucrado en un accidente de tránsito.