Ante esa situación, algunas marcas decidieron adelantar su período habitual de vacaciones anuales a diciembre, previendo que ante la asunción del nuevo gobierno, los problemas de deuda acumulada no se resolverían tan rápidamente como el sector necesitaba y el riesgo de parar seguía latente. Esto hizo que la producción de diciembre fuera menor y arrastrara relativamente la de enero, porque plantas que debían volver a producir la última semana, decidieron postergar la reanudación de la actividad industrial para febrero e incluso para marzo.
El informe mensual de la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA) muestra que en enero se produjeron 22.643 vehículos, un 38,8% por debajo del volumen de diciembre, y un 16,7% menor respecto a enero 2023, cuando se fabricaron 27.184 unidades. La caída respecto a diciembre no tiene que ver con que se hayan trabajado 11 días en promedio contra 13 del último mes del año, sino con que sólo dos plantas, las de Fiat en Ferreyra y Peugeot – Citroën en Palomar, fabricaron a tiempo completo en enero desde el lunes 8, Toyota regresó el 15 de enero y Ford el martes 23.
Renault, una de las que no había podido retomar por problemas de suministro el 22 de enero, volvió a hacerlo el parcialmente el 26, mientras que Nissan, General Motors y Volkswagen no produjeron autos en todo enero. Mercedes-Benz y su planta de Virrey del Pino, también retomaron la fabricación el 29 de enero, con lo que no hay impacto en las cifras de ADEFA de enero.
Pero la decisión de no regresar a la producción no sólo tiene que ver con acumular stock o resolver la provisión para los próximos meses, sino también con una ya segura retracción del mercado argentino para 2024, que los analistas estiman, se sentirá más fuertemente en el primer trimestre.
Ante esta situación, la de un mercado que consumirá un 25% menos de autos cero kilómetro este año, las marcas que se encuentran todavía detenidas son las que producen principalmente para el mercado interno y no para exportaciones.
Fuente: Infobae