Según pudo averiguar la redacción de LA BRÚJULA 24, pasado el mediodía, un hombre y una mujer le tocaron el timbre para pedirle si no podían ingresar a su patio. La excusa, vivían en un departamento contiguo a su propiedad y se les había escapado una cotorra. De más está decir que el animal no existía.
Mientras la mujer pasaba al patio con la anuencia de la víctima, y hacía la pantomima de buscar el ave, su cómplice se hizo una panzada. De la vivienda logró llevarse un anillo de oro, un reloj, un par de botas, una tarjeta de crédito, 8.500 dólares, 2.400 euros, y 200 pesos.
Carolina, la hija del afectado relató en el programa Nunca es Tarde, que se transmite por La Brújula 24, detalles de lo sucedido a su padre y precisó que los ladrones le quitaron hasta el chip del teléfono para que no se pudiera comunicar, por lo que tuvo que recurrir a un vecino tras darse cuenta del robo para contactar a su familia.
Fuente: La Brújula 24