Esto significa que por cada empleo legítimo creado, se generaron 1,5 puestos informales, reflejando una preocupante tendencia hacia la precarización laboral.
El fenómeno del trabajo en negro no es exclusivo de Argentina; es un problema extendido en América Latina. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que cerca del 50% de los trabajadores en la región se encuentran en la informalidad, afectando particularmente a los sectores más vulnerables, como jóvenes y mujeres. En nuestro país, la informalidad golpea duramente a grupos que ya tienen dificultades para encontrar empleos de calidad.
El sector doméstico es uno de los más afectados por esta problemática. De los 1,673,000 trabajadores en este ámbito, un alarmante 71.5% no cuenta con aportes previsionales. Por otro lado, la industria agrícola presenta una tasa de informalidad del 59.2% entre sus 853,000 trabajadores. La situación no mejora en la construcción, donde el 58.4% de los 946,000 trabajadores también se encuentra en la informalidad.
Este incremento en el empleo no registrado no solo pone en riesgo la estabilidad laboral de los trabajadores, sino que también impacta negativamente en los ingresos fiscales del Estado y en los beneficios potenciales para los empleados.
Fuente: El Día