De la investigación realizada por las casas de altos estudios del litoral se desprende que, antes de que se desate la pandemia por coronavirus, el 96% de los entrevistados compartía el mate en sus trabajos, mientras cursaban clases en la universidad o en encuentros en espacios con personas no consideradas amigos cercanos.
De ese total, el 71% aseguró que continúa compartiendo el mate pero sólo con su grupo familiar o personas convivientes y el 50% aseguró que “volvería a los hábitos tradicionales finalizada la pandemia”.
El estudio, dirigido por Norma Levrand, investigadora del Instituto de Estudios Sociales del Conicet/UNER, junto Claudio Staffolani, docente de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR, aseguró, además que “el hábito de tomar mate continúa y la cantidad de ingestas diarias no varió considerablemente”, aunque también advirtió que el 20% de los encuestados incorporó otras infusiones.
En esa línea, voceros del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) consideraron que la interrupción de “las rondas sociales de mate llegó para quedarse” a partir de la pandemia de coronavirus.
Especialistas del INYM consideraron que la pandemia por coronavirus modificó hábitos de manera permanente y dijeron que “la pandemia arrojó como saldo, entre otras tantas cosas, que el mate ya no se comparta socialmente, aunque concluya el distanciamiento”.
Los voceros señalaron a la agencia estatal Télam que “sí puede ocurrir que se comparta con la pareja o con los hijos, pero ya no más entre amigos, conocidos, la familia ampliada o con compañeros de trabajo”.
Se disparó la venta de yerba mate
Según el organismo, un dato que reafirma que se comparte menos esta infusión es el incremento en la cantidad de mates “en circulación” lo se asocia directamente con el “récord de venta de yerba ocurrida durante el año pasado”.
El ingreso de hojas de yerba mate a secaderos durante 2021 fue de más de 882 millones de kilogramos, mientras que en el mercado interno se movieron más de 282 millones de kilos, lo que representan cifras récord históricas de producción y consumo, informaron desde el INYM.
En este marco, Karla Johan, sommelier de mate, consideró que durante el confinamiento provocado por la pandemia de coronavirus se produjo “un boom del mate, un cambio cultural que, de la mano de la imposibilidad de compartirlo llevo a cada uno a interesarse más” sobre la infusión: “lo que toda mi carrera esperé”, bromeó.
“Antes era común que alguien llegue a una casa y tome un mate ya empezado o hecho de la forma que el anfitrión disponga, también había gente que tomaba porque formaba parte de un grupo y lo agarraba”, expresó la mujer que lleva 18 años dedicada al mundo de esta tradición argentina.
En este sentido, explicó que “al tener que estar más tiempo en casa” muchas personas “se perfeccionaron y empezaron a probar cómo les gusta, con qué yerba, qué tipo de mates” y remarcó que otra situación para destacar durante la pandemia fue “el vínculo de la juventud con el mate”.
Fuente: DIB