El acto fue presidido por el Comandante de la Infantería de Marina, Contraalmirante IM Fernando Daniel Terribile; acompañado por el Comandante de la Fuerza de Infantería de Marina de la Flota de Mar, Capitán de Navío IM Maximiliano Jesús Vega y el Comandante del BIAA, Capitán de Corbeta IM José Marcos Javier Chanquía.
Luego del ingreso de las autoridades se entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino y, a continuación, el Suboficial Primero IM José Néstor Gómez realizó un repaso de las acciones que sucedieron en la madrugada del 1º de mayo de 1982, cuando un avión Avro Vulcan de la Real Fuerza Aérea británica dejó caer 21 bombas de 1000 libras con el objetivo de inutilizar la pista principal del aeródromo de Puerto Argentino.
Si bien el objetivo no fue alcanzado, como consecuencia del ataque falleció el Conscripto Clase 62 Ricardo Romero, primera baja de la unidad durante la guerra.
Horas después de ese ataque, nuevamente comenzaron a detectarse movimientos aéreos. El blanco elegido por los británicos era el aeropuerto y para atacarlo se dividieron en dos grupos, empleando un total de 10 aeronaves Sea Harrier.
La reacción de las armas antiaéreas de la unidad no se hizo esperar y los cañones cubrieron el cielo de proyectiles, al mismo tiempo que efectuaban el lanzamiento de sus misiles Tiger Cat.
El entonces Cabo Principal IM Oscar Alberto Momo realizó el lanzamiento de un misil sobre una aeronave que se presentaba de frente, pero el piloto logró observarlo y giró bruscamente a su izquierda, más no así su numeral que no se había percatado de la acción y recibió el impacto siendo derribado. Como consecuencia del accionar de la defensa antiaérea, los británicos no volvieron a arriesgar sus aviones y se limitaron a efectuar bombardeos a gran altura, pero con muy baja precisión.
Durante la ceremonia hizo uso de la palabra el Comandante del BIAA expresando: “Conmemorar este aniversario no sólo nos permite rememorar los hechos de aquellos días, sino también reconocer el coraje y valentía de nuestros Veteranos de Guerra, a quienes consideramos héroes por la extraordinaria hazaña que realizaron”.
Haciendo referencia a la dotación de 1982 expresó: “El puesto comando de defensa antiaérea y las baterías de fuego han sido un claro ejemplo viviente de lo que significa trabajar con seriedad y profesionalismo con un esfuerzo permanente por mantener clara la situación reinante, aplicar todos los procedimientos y la celosa labor de mantener comunicaciones rápidas, seguras y confiables”.
“Somos nosotros los herederos de esos hombres, que pusieron todo para el cumplimiento de la misión y muchos de los cuales hoy nos acompañan. Somos los herederos de los conscriptos Romero y Portillo que dejaron su vida defendiendo a la Patria. Somos, en definitiva, los herederos de los más de 300 hombres que, vistiendo este uniforme, honraron al Batallón, a la Infantería de Marina, a la Armada y a la Patria”.
Tras las palabras conmemorativas al Bautismo de Fuego de la unidad, el Comandante de la Infantería de Marina, junto al Comandante de la FAIF y el Comandante del Batallón Antiaéreo procedieron a colocar ofrendas florales frente a los bustos que honran la memoria de los conscriptos fallecidos durante esta acción de guerra.
El Capitán de Navío IM VGM (RE), Jorge Mauvecin y el Suboficial Mayor IM VGM (RE), Teodoro Tomás Ozaeta acompañaron también a las autoridades militares en la colocación de ofrendas.
El combate antiaéreo del 1° mayo de 1982 fue el primero de su tipo en la historia de guerra de la Nación y para el Batallón Antiaéreo constituye la fecha de su Bautismo de Fuego.
La Nación Argentina le otorgó al batallón la condecoración “Honor al Valor en Combate” y el 8 de febrero de 1983, la Armada Argentina distinguió su bandera de guerra con el reconocimiento “Al valor en combate”.
El 15 de noviembre de 1985, la gobernación de la Provincia de Santa Fe distinguió “a la Bandera de Guerra que combatió en el Conflicto del Atlántico Sur 1982”.
Gaceta Marinera