El Gobierno aumentó parte del impuesto a los combustibles que incide directamente en el valor de la nafta y el gasoil, y difirió en tres meses otra parte. Desde hoy a la madrugada, los precios en surtidor de la nafta y el gasoil de YPF, Shell y Puma Energy subieron 6% en promedio, ya que trasladaron la actualización impositiva y además aplicaron otra recomposición de rentabilidad por el aumento de sus costos.
El impuesto que grava a los combustibles estaba “congelado” desde julio de 2021 y debe actualizarse cada tres meses, tomando como cálculo la variación de la inflación acumulada en ese período. El Gobierno aplicó una suba hoy por el atraso de 2021 y 2022, y difirió para los próximos meses el de 2023. El aumento del componente impositivo explica 4 puntos porcentuales de la suba.
Las empresas refineras trasladaron la actualización y aplicaron una suba adicional de 2 puntos porcentuales debido al aumento de sus costos.
Los precios de YPF, nafta super pasó a valer $ 871 pesos el litro; la Infinia $1.041; el diésel 500 ahora cuesta $911; y el diésel premium pasó a valer 1.063
A través del decreto 107/2024, publicado este jueves en el Boletín Oficial, se establecieron las subas en los montos de los impuestos fijados para los combustibles correspondientes al tercer y cuarto trimestre de 2021 y a todo 2022, desde hoy, mientras que lo que corresponde a todo 2023 sube de manera paulatina.
De esta forma, el Gobierno fijó que el aumento del primer y segundo trimestre de 2023 tenga efecto para la nafta sin plomo, la nafta virgen y el gasoil a partir del 1° de marzo de este año. En tanto, los sucesivos incrementos tendrán lugar el 1° de abril y el 1° de mayo.
Los precios de los combustibles aumentaron 86% desde que asumió Javier Milei, repartido en tres incrementos de 38%, 27% y 6,5%. La suba tan pronunciada en poco tiempo se explica por el incremento de las dos principales variables que inciden en los costos de las empresas refinadoras: el tipo de cambio (porque los contratos están dolarizados) y el valor del barril de petróleo.
En diciembre, el Gobierno no solo aplicó una fuerte devaluación de 56% de la moneda, sino que también dejó de presionar sobre el precio interno del barril de petróleo que se comercializa en el país y que era más barato que el internacional. De esta manera, el sector comenzó a acomodar los costos internos al nuevo contexto de liberalización de mercado.
Por parte del Gobierno, en el Ministerio de Economía también buscan normalizar las cuestiones impositivas y por eso implementó el aumento de los impuestos al combustible líquido (ICL) sobre la nafta y al dióxido de carbono (IDC) sobre el gasoil. Se trata de un tributo que en le permitió al Estado recaudar 1% del PBI en el pasado, pero que debido a la falta de actualización que tuvo en los últimos 10 trimestres, le aportó el año pasado al fisco casi 0,4%.
Según cálculos privados, el impuesto debería aumentar 377% para recuperar el atraso desde 2011, lo cual tendría un impacto de una suba de $95 por litro en la nafta y de $65 en el valor del gasoil, según cálculos de una de las empresas refinadoras. De hecho, según los datos de Economía & Energía, en 2021, los impuestos representaban el 17% del precio final del gasoil y el 23% del de nafta. Luego del congelamiento, hoy tienen una incidencia promedio del 3% sobre el valor en el surtidor. “La contracción en la alícuota del ICL y el IDC tuvo un costo fiscal solo en el año 2023 de aproximadamente US$2800 millones“, dijeron.
En menos de tres meses, los precios de los combustibles subieron 172% en promedio. Previo al balotaje del 19 de noviembre, un litro de nafta súper de YPF costaba alrededor de $275 en la Ciudad de Buenos Aires, mientras que actualmente vale $745.
Esto significa un aumento mayor al salto del tipo de cambio, que pasó de $350 a $825 en el mismo período (suba de 135%). Por lo tanto, en dólares, los precios de la nafta y el gasoil aumentaron 12,5%, ya que pasaron de 80 centavos de dólar a US$0,90.
Estos aumentos tuvieron un impacto en el consumo: las proyecciones provisorias dan cuenta de una caída mayor del 10% interanual en las ventas durante diciembre. En las estaciones de servicio situadas en las ciudades limítrofes con otros países, la caída de la demanda podría llegar al 20%, ya que dejó de ser tan conveniente para los vecinos extranjeros cruzar al país a cargar combustible.
Fuente: La Nación