En ese sentido, el Ejecutivo ubicaría el mínimo imponible en $1.500.000, por lo que cerca de un millón de personas volverían a tributar.
Cuando se hizo la quita de Ganancias, unas 800.000 personas dejaron de pagar el impuesto, pero desde entonces muchos trabajadores recibieron aumentos que los ubicarían por encima del nuevo mínimo imponible, pese a que la devaluación y la alta inflación licuaron los sueldos.
El rechazo de los mandatarios patagónicos es claro. Las provincias del Sur, donde los sueldos son más altos, se verían entre las principales afectadas. Este sábado, el rionegrino Alberto Weretilneck afirmó en radio Mitre en nombre de sus pares: “Nos oponemos contundentemente. Con la caída del poder adquisitivo, cargarle sobre eso una deducción más a alguien que percibe un salario es exagerado y no se puede admitir bajo ningún punto de vista”.
En la vereda opuesta, el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés, se expresó a favor del restablecimiento de Ganancias, pero reconoció en declaraciones televisivas que “el impuesto a las Ganancias hoy no tiene consenso para salir”.
Fuente: TN