El polémico acompañamiento de Bien Común a Juntos aprobando el presupuesto 2022 (luego de denunciar en campaña el irregular manejo de los fondos por parte de Uset y sus lacayos), tuvo consecuencias: Liliana Garcia decidió abrir su banca y dejar finalmente en claro que ya no comparte las formas del partido vecinal.
¿Pero qué pasó? El origen de casi todos los nuevos males de Bien Común se llama Lisandro Delle Donne, reciente concejal electo, quién cree haber llegado al Concejo Deliberante para enseñar y no para aprender. Sus formas hartaron a la comprometida concejal que tampoco encontró respuestas en Daniel Medina. Puro narcisismo.
Sea escrito de paso, los cortocircuitos entre Medina y Garcia no son nuevos, pero la llegada de Delle Donne aceleró todos los tiempos de fractura.
El profesor y concejal, que supo coquetear con el Frente de Todos para luego virar y subirse al tren de Bien Común, levantó la mano para aprobar el presupuesto pero luego escondió su voz para explicar lo inexplicable. Tuvo que salir Hugo Schamber a poner la carita.
Garcia nunca estuvo de acuerdo en votar a favor, pero decidió ser orgánica. A partir de ese momento ya había determinado no va más.
Desde el 1 de febrero tendrá una banca unipersonal llamada Primero Rosales. Mientras que Bien Común se quedará solo con dos ediles ¿o alguno más hará las valijas?