La armada dispuso una drástica disminución de sus actividades hasta el extremo de modificar los históricos horarios de trabajo del personal civil y militar para ahorrar en comida y, también, reducir las guardias y hacer home office.
La orden está incluída en un radiograma de carácter reservado enviado el 22 de agosto a las unidades de la Armada, al que accedió Clarín, y está titulado “Restricciones presupuestarias y gastos funcionamiento”.
La nota interna dice textualmente que “hasta tanto se reciba el refuerzo presupuestario necesario para desarrollar las actividades correspondientes al segundo semestre del corriente, los comandos, direcciones y jefaturas arbitrarán, a partir del 01 de septiembre, las medidas necesarias para reducir, a su mínima expresión los costos de funcionamiento”.
Especifica que se refiere a “servicios básicos, racionamiento, combustibles, aceites, lubricantes, vestuario, viáticos, etc..”
El radiograma precisa que “inicialmente, por un período de 60 días, se autorizarán las medidas a implementar, reacomodamiento de horario laboral, licenciamiento de personal, reducción del sistema de guaridas, implementación del trabajo remoto, uso de videoconferencias como herramienta de coordinación”.
El punto de reacomodamiento de horario se decidió para intentar disminuir los desayunos o almuerzos a los efectivos que trabajan por la mañana, la mayoría en las FF.AA., según fuentes militares.
La orden emitida desde el Estado Mayor General de la Armada, especifica, también, que “los comandos, direcciones y jefaturas podrán coordinar el traslado en comisión del personal no residente a aquellos destinos próximos al domicilio real del causante”.
Además, “los destinos racionarán, semanalmente, solo al personal de guardia pudiendo agregar hasta un 10 por ciento de la fuerza efectiva como servicios esenciales”.
Las FF.AA tienen un total de 77 mil efectivos en actividad, sin contar a los retirados. De ese total, 48.193 son del Ejército.
En cambio, la Armada sacó un comunicado afirmando que «podrá cumplir» este año con sus actividades programadas.
El comunicado dice que se mantiene en «ejecución las actividades programadas para el corriente año y el apresto de las unidades para el cumplimiento de los planes en vigor». Luego dice que «la gestio´n del ministerio de Defensa permitirá contar con suficiencia de los recursos necesarios para continuar con las actividades en el segundo semestre del año».
La Armada luego afirma que se hará «a través de un refuerzo presupuestario que permitirá el cumplimiento de las metas fijadas, subsanando los efectos resultantes de la inflación y la falta de aprobación del presupuesto del corriente ejercicio por parte del presupuesto del corriente ejercicio por parte del Congreso Nacional» . Además, que «a la fecha se ha cumplido con todas las actividades operativas resultantes de los compromisos nacionales e internacionales».
El presidente de la comisión de Defensa y diputado de Juntos por el Cambio, Alberto Assef, manifestó su preocupación por este recorte y dijo que estudian convocar al ministro de Defensa, Jorge Taiana, para que de explicaciones.
“Aunque seguro es una consecuencia de los recortes que implementó el ministro de Economía, Sergio Massa, Taiana tiene que dar la cara porque se afecta la operatividad de la Armada”, agregó Assef en declaraciones a Clarín.
El ex ministro de Defensa y miembro de esa comisión, Ricardo López Murphy, se sumó a la preocupación de Assef y reclamó información a Taiana sobre si las cuatro patrulleras compradas a Francia están amarradas en puerto por falta de combustible.
Un vocero de Taiana consultado por Clarín dijo “no hay ningún recorte en Defensa. Son los diputados los que deben explicar de dónde sacan esos datos. Hay que mirar los decretos” sobre el presupuesto.
El problema para los militares es que de los escasos fondos disponibles, casi el 90 por ciento es destinado al pago de sueldos, que son, además, las remuneraciones más bajas de todo el Estado nacional. Taiana había prometido equiparar los sueldos de los militares con los de los efectivos de la Policía Federal, la Gendarmería y la Prefectura pero hasta ahora no lo concretó.
Las tareas urgentes que afrontan los cuadros de las FFAA, como por ejemplo repartir comida durante la pandemia del Covid, ayudar ante las grandes nevadas en la cordillera y ahora con los incendios en el Delta, son cubiertos con partidas extrapresupuestarias, es decir de otras áreas del Gobierno.
Mientras, se hace este ajuste silencioso el ministro de Defensa anuncia negociaciones por comprar de 12 aviones de combate chinos, submarinos franceses o alemanes y hasta un barco polar finlandés. Cada avión de combate JF-17 Thunder, por ejemplo, cuesta unos 770 millones de dólares.
El lunes, Taiana, dispuso la implementación de un Plan de Adquisición de Munición a diez años que permitirá la recuperación de las reservas operacionales de los sistemas de armas de cada una de las FF.AA. Este proceso de adecuación es financiado a través del Fondo Nacional de la Defensa (FONDEF) y partidas del Presupuesto nacional, con recursos afectados específicamente para garantizar el suministro de municiones destinadas al adiestramiento, alistamiento y eventuales operaciones.
Mientras, hoy en el marco del plan integral de urbanizacio´n del predio de Los Hornos en La Plata, Taiana y de Desarollo de la Comunidad bonaerense, Andrés Larroque, acompañados por el general Olegario Pereda, firmaron un convenio entre esta Fuerza y la cartera de Desarrollo de la Comunidad de la Provincia de Buenos Aires para la ejecución de obras de apertura, tratamiento de calles y marcado de cunetas que estarán a cargo de Unidades de Ingenieros del arma.
En su último informe, al senado el jefe de Gabinete, Juan Manzur, prometió equipar “a las fuerzas armadas y de seguridad con mayor producción nacional de alta tecnología (por ejemplo, produciendo buques y drones, desarrollando los servicios satelitales, el complejo aeroespacial, la ciberseguridad y las prendas de vestir y calzado para las fuerzas armadas y de seguridad)”. Aunque estos recortes en el Ejército preanuncian menores gastos que los prometidos.
Fuente: Clarín