La fecha es en honor al Arcángel San Gabriel y en la efeméride naval, se conmemora un hito realizado en 1901: la primera prueba de transmisión entre una estación de comunicación terrestre y el aviso ARA «Vigilante Argentino», que significó un éxito en el desarrollo de las comunicaciones inalámbricas en nuestro país al recibir mensajes a 50 kilómetros de distancia.
El Suboficial Segundo Damián Emiliano Bustos es comunicante naval y lleva 20 años de servicio en la Armada. Hoy se encuentra en la División Charlie de la Estación de Comunicaciones de la Base Aeronaval Comandante Espora (BACE), aunque gran parte de su carrera transcurrió embarcado en unidades de superficie.
Nació hace 38 años en San Miguel –entre la zona Norte y Oeste del conurbano bonaerense, de donde es oriunda su madre– y se crió en la ciudad de Punta Alta, al sur de la provincia de Buenos Aires, donde actualmente vive con su señora Romina y su hija Uma de 12 años.
Del barrio de Ciudad Atlántida, cercano a la Base Naval Puerto Belgrano (BNPB), Damián moldeó la idea de convertirse en marino. Cursó sus estudios primarios en la Escuela N° 2 y el secundario en la Técnica N° 1 de Punta Alta. Fue scout en el Grupo Scouts Coronel Rosales donde llegó a ser dirigente de manada y jugó de chico al básquet en el Club Comandante Espora, deporte que aún practica.
Si bien sus padres fueron empleados y comerciantes en la ciudad, el vínculo con la Fuerza se retoma por un abuelo: “Poco conocía de la Institución, aunque recuerdo historias de mi abuelo paterno, Roque, quien fue suboficial sastre en la Armada y generó esa primera chispa de interés. El otro 50% que motivó mi ingreso en 2006, fue por el padrino de un primo de mi mamá que estaba en la Armada”, cuenta.
“Egresé como Técnico Electrónico del secundario e ingresé a la Escuela de Suboficiales de la Armada (ESSA) para seguir algo relacionado porque me gustaba la Ingeniería Electrónica y descubrí las Comunicaciones. La Armada me dio además compañerismo y camaradería, un sostén económico y un futuro seguro”, destaca.
El rol del comunicante naval
Los marinos con esta especialidad operan y transmiten mensajes a través de sistemas de comunicación navales como es el Servicio Fijo Naval (SIDOM). Esta orientación implica el manejo, mantenimiento y operación de equipos y sistemas de comunicación, incluyendo redes, sistemas informáticos y medios de transmisión de mensajes en diversas modalidades. “La especialidad hoy unifica a dos anteriores que eran las del radiocomunicante por un lado y señalero, por otro”, explica.
Los profesionales en esta área, son capacitados para asegurar el funcionamiento continuo de las comunicaciones, interpretar planes de comunicación y mantener la seguridad de la información. Damián enfatiza que: “Las comunicaciones navales deben ser rápidas, eficaces y seguras; es una frase que ponemos en práctica siempre todos los comunicantes”.
“Este tipo de comunicaciones tienen dos aristas: el manejo tradicional y los viejos equipos y el de los nuevos con enlaces satelitales. Utilizamos equipos radioeléctricos que funcionan con viejos sistemas operativos; incluso el código Morse y la comunicación con banderas porque son parte de un idioma universal”, y habla sobre actualizaciones que exige la especialidad y que se efectúan a través exámenes en forma mensual y anual.
Su primer destino al egresar de la ESSA fue el destructor ARA “Heroína” donde estuvo 4 años y participó de su primer ejercicio Fraterno con la Marina de Brasil; pasó a ser dotación de la corbeta ARA “Espora” durante 3 años y repitió comisión al Fraterno en 2012 y ese mismo año también participó del ejercicio Atlasur en Sudáfrica.
Respecto a la comunicación con otras Armadas dice: “como usamos un lenguaje internacional, existe cierta facilidad para operar con ellas, el procedimiento es el mismo con una frecuencia internacional”.
Luego estuvo 4 años embarcado en el transporte ARA “Hércules” y en el destructor ARA “Sarandí”. “Conozco prácticamente, todos los puertos del país; algo único que disfruté mucho. Navegando se hacen guardias en el Puente de Comando y utilizamos cartas de navegación, comunicación visual con banderas y banderolas, y la radio para brindar seguridad marítima”, completa.
Coronó sus navegaciones con la Campaña Antártica de Verano 2021-2022 a bordo del aviso ARA “Puerto Argentino”: “Fue una experiencia diferente, muy enriquecedora desde lo profesional con medios más modernos y en lo personal, por conocer otro continente, lo que fue impagable”, resalta.
“Las comunicaciones personales se facilitaron mucho más con la llegada del wifi y el avance tecnológico porque antes, al salir a navegar, utilizábamos las radiales de bienestar; todo cambió aunque sigue funcionando lo tradicional que tiene su magia”, agrega.
Luego de navegar durante 14 años, llegó a la Estación de Comunicaciones de la BNPB, y a principios de este año, a la Estación de Comunicaciones de la Base Aeronaval Comandante Espora, que depende del Servicio de Comunicaciones, Informática y Ciberdefensa de la Armada Argentina.
Con una jerarquía más antigua y en tierra, este año encuentra al Suboficial Bustos por primera vez en el ámbito aeronáutico, donde explica que la dinámica y rutina de trabajo requiere de forma más rápida la transmisión de mensajes. “Para comunicarnos tenemos tiempos (rutina, prioridad, inmediato y flash) y el ámbito aeronaval es más sensible ya que se requiere de una comunicación del tipo inmediata con un tiempo para comunicar el mensaje de hasta 3 horas”.
Además de estaciones y unidades navales, los comunicantes pueden desempeñar tareas en la Infantería de Marina (IM), instalando y operando medios de comunicación en el campo, un aspecto por hacer para el Suboficial Bustos quien sueña: “además de volar este año, espero algún día poder trabajar con la IM más allá de los ejercicios anfibios y de desembarco de los que he participado”.
Gaceta Marinera