El salario mínimo se derrumbó un 26,5% en términos reales durante los primeros nueve meses del Gobierno de Javier Milei. Asimismo, el indicador que funciona como referencia para el pago de algunas prestaciones sociales acumuló una pérdida de casi 60% desde 2011.
Así lo reflejó un informe publicado por el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la Universidad de Buenos Aires (UBA), elaborado en base a datos de la Secretaría de Trabajo. El trabajo remarcó que, pese a que se viene verificando una tendencia bajista desde hace ya más de una década, la caída real del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) se intensificó en los últimos meses.
En efecto, a partir de la aceleración de la inflación provocada por la última gran devaluación, el SMVM de enero de este año ya se había reducido en un 17% respecto del valor de noviembre. “Entre febrero y mayo el incremento nominal acompañó la inflación por lo cual no se observaron reducciones adicionales. En el mes de junio se produjo una nueva caída, seguida por cierta recuperación en julio y una nueva contracción en agosto”, agregaron desde el IIEP.
En agosto hubo un ajuste del salario mínimo, que pasó de $254.232 a $262.433. De este modo, el incremento fue de apenas 3,2%, cuando la inflación en dicho mes fue del 4,2%, de acuerdo con los recientes números difundidos por el INDEC.
“La tendencia decreciente previa, conjuntamente con la fuerte contracción de estos meses, ubica al SMVM entre los valores más bajos de la serie, a excepción de los primeros años de la convertibilidad y luego de su colapso, en 2002/2003. Asimismo, implica una erosión del 59% respecto del valor máximo de la serie, en septiembre de 2011?, detalló el IIEP.
Si bien el salario real profundizó su contracción desde la llegada de Milei a la Casa Rosada, lo cierto es que ya desde hace años que venían mostrando un deterioro. Por el contrario, lo que sí cambió de manera más notoria en los últimos meses fue la dinámica del empleo: mientras durante el Gobierno del Frente de Todos la tasa de desempleo se mantuvo baja (aunque en un contexto de crecimiento del fenómeno de trabajadores pobres), desde diciembre comenzó a observarse una fuerte pérdida de empleos.
Según los últimos datos de la Secretaría de Trabajo, entre noviembre y junio se perdieron 182.500 puestos de trabajo asalariado (suma de empleados privados, públicos y en casas particulares), mientras que la contracción es de 204.100 si se toma en cuenta el último pico de agosto del año pasado.
Fuente: Ámbito