Aunque lo hicieron como una demostración, los riesgos de abuso son alarmantes.
La línea entre lo público y lo privado se vuelve cada vez más difusa. Lo demostraron de manera aterradora estos jóvenes cuando conectaron los lentes inteligentes al software de reconocimiento facial capaz de identificar personas al instante y obtener sus datos personales. ¿El resultado? Una herramienta que, en manos equivocadas, podría convertir nuestra vida cotidiana en un campo abierto para estafadores, depredadores y otras amenazas.
AnhPhu Nguyen y Caine Ardayfio, los cerebros detrás de I-XRAY, diseñaron este sistema con tecnología de fácil acceso y crearon una demostración en vivo que dejó al descubierto lo vulnerables que podemos ser. «Transmitimos el video de las gafas directamente a Instagram y usamos inteligencia artificial para detectar cuando miramos a una persona. Luego, rastreamos internet en busca de más fotos de esa persona y accedemos a bases de datos públicas para obtener información adicional, como su nombre, número de teléfono o dirección», explicó Nguyen en un video que rápidamente se viralizó.
Durante la prueba en el campus de Harvard, los estudiantes lograron identificar a decenas de personas sin que ellas lo supieran, obteniendo datos que solo deberían estar al alcance de amigos cercanos o familiares. Esta tecnología, aunque impresionante, plantea una inquietante pregunta: ¿qué pasa si cae en manos equivocadas?
UN RIESGO PALPABLE A LA PRIVACIDAD
El sistema I-XRAY es un éxito en términos tecnológicos, pero también puso sobre la mesa un debate necesario sobre los límites éticos de este tipo de herramientas.
«Con nuestras gafas, identificamos a estudiantes y personas de la comunidad de Harvard sin que se dieran cuenta», comentó Ardayfio.
En una demostración, lograron acercarse a una mujer de la Cambridge Community Foundation, diciéndole que la conocían de un evento. La mujer, confiada en la precisión de los datos que los estudiantes le proporcionaron, les estrechó la mano sin sospechar nada.
Este tipo de situaciones ejemplifica cómo la confianza puede ser manipulada fácilmente cuando alguien posee información personal obtenida sin consentimiento.
Imaginemos a un criminal o un depredador sexual utilizando este sistema para acercarse a sus víctimas. Con solo un vistazo, podría obtener detalles suficientes para establecer una relación de confianza o hacer que alguien baje la guardia.
UN SISTEMA ACCESIBLE PARA TODOS
Lo más alarmante de I-XRAY es que la tecnología necesaria para crearlo está al alcance de cualquiera. Los anteojos Ray-Ban 2 de Meta, combinados con motores de búsqueda de reconocimiento facial como Pimeyes y bases de datos públicas como FastPeopleSearch, hacen que la recopilación de información sea increíblemente fácil.
Si bien la intención de Nguyen y Ardayfio no es lanzar esta herramienta al público, su demostración deja claro que la privacidad en lugares públicos ya no es una garantía.
PRIVACIDAD?
«La privacidad en público está muerta», afirmaron los estudiantes en el documento de su proyecto. Ante esta nueva realidad, las soluciones parecen limitadas. Autenticación de dos factores y mejores medidas de seguridad en cuentas privadas pueden ayudar, pero, como señalan los creadores de I-XRAY, protegerse de grandes corporaciones o gobiernos que podrían tener interés en explotar esta tecnología es mucho más complicado.
Por lo tanto, I-XRAY no es únicamente una innovación tecnológica, también es una advertencia clara: vivimos en una era en la que nuestra información puede ser expuesta en segundos y, si no actuamos pronto, los riesgos para nuestra privacidad serán cada vez mayores. ¿Estamos listos para enfrentar este desafío?
Fuente: Infocielo