El diario La Nueva Provincia de Bahía Blanca deberá corregir sus notas de la época de la dictadura

La sentencia de la megacausa Zona V por delitos de lesa humanidad, dictada en Bahía Blanca, deja una huella profunda en la historia judicial argentina. El fallo tuvo un impacto decisivo por la magnitud de las condenas a represores, pero también por un hecho inédito que proyecta sus efectos mucho más allá del ámbito penal. Por primera vez, un tribunal oral federal ordenó de manera expresa que un medio de comunicación rectifique su pasado periodístico por haber difundido información falsa al servicio del terrorismo de Estado.
Condenas a los responsables del plan represivo

El Tribunal Oral Federal de Bahía Blanca condenó a 31 exmilitares y policías que actuaron en la jurisdicción del V Cuerpo del Ejército durante la última dictadura cívico-militar.

De ese total, 16 represores recibieron prisión perpetua por secuestros, torturas, asesinatos, desapariciones forzadas, abusos sexuales y apropiaciones ilegales de personas. El resto fue sentenciado a penas que alcanzan los 20 años de prisión y se dictó una única absolución.

La sentencia reafirmó que los crímenes juzgados formaron parte de un plan sistemático ejecutado desde el aparato estatal, con el objetivo de eliminar opositores políticos y disciplinar a la sociedad mediante el terror.

Fueron un total de 31 condenas,16 de ellas a prisión perpetua, y se dictó una absolución. Hubo condenas por delitos sexuales y se determinó que los delitos juzgados fueron de lesa humanidad.

El fallo volvió a subrayar el carácter imprescriptible de estos delitos y la obligación del Estado argentino de investigarlos, juzgarlos y sancionarlos.
Una orden inédita contra la impunidad mediática

El aspecto más novedoso de la resolución fue la orden dirigida al diario La Nueva Provincia. El tribunal dispuso que el medio bahiense deberá rectificar publicaciones realizadas durante la dictadura en las que se presentaba a personas secuestradas y asesinadas como supuestos “abatidos en enfrentamientos” o como delincuentes muertos en combate.

Además, el TOCF ordenó al diario La Nueva Provincia de Bahía Blanca, la rectificación de lo publicado sobre las víctimas del terrorismo de Estado, informar que fueron desaparecidas o asesinadas, y no que fallecieron en presuntos enfrentamientos en la vía pública.

Los jueces consideraron probado que esas publicaciones constituyeron falacias y difamaciones que contribuyeron a encubrir crímenes de lesa humanidad. Según el fallo, el diario no reproducía información errónea, sino que participava activamente en la construcción de un relato funcional al accionar ilegal de las Fuerzas Armadas.
El rol del periodismo durante la dictadura

Durante el debate oral quedó acreditado que La Nueva Provincia replicó comunicados militares sin cuestionamientos y utilizó un lenguaje destinado a legitimar la represión.

Las víctimas fueron deshumanizadas y convertidas en enemigas internas, mientras los responsables estatales aparecían como garantes del orden. El tribunal sostuvo que ese tipo de cobertura no puede ser interpretado como un error aislado ni como una práctica habitual de época.

En la sentencia se destacó que el medio actuó como parte de un dispositivo de encubrimiento, aportando una versión falsa de los hechos que aún hoy continúa influyendo en la memoria social.

Mantener ese archivo sin correcciones implica prolongar el daño causado por el terrorismo de Estado y consolidar un relato que niega la condición de víctimas a quienes fueron desaparecidos o ejecutados.
Rectificar para reparar y dejar memoria

La orden de rectificación deberá cumplirse una vez que la sentencia quede firme y tendrá como finalidad corregir el archivo periodístico del diario. El tribunal entendió que la reparación no se agota en las condenas penales y que también debe alcanzar el plano simbólico, donde se construyen los sentidos colectivos sobre el pasado reciente.

La resolución señaló que la rectificación cumple una función reparadora, ya que permite restituir la verdad histórica frente a décadas de desinformación. Dejar constancia escrita de que no existieron enfrentamientos, sino secuestros, torturas y asesinatos, resulta central para que las futuras generaciones accedan a un registro fiel de lo ocurrido.
Otras medidas de reparación ordenadas por el tribunal

El fallo incluyó además disposiciones dirigidas al Estado nacional y a las Fuerzas Armadas. Se ordenó garantizar el mantenimiento de los sitios de memoria y corregir los legajos de exconscriptos desaparecidos que durante años fueron registrados falsamente como desertores.

Estas medidas buscan revertir prácticas institucionales que prolongaron el ocultamiento de la verdad y la estigmatización de las víctimas.
Un precedente que interpela al presente

La sentencia de la megacausa Zona V marca un punto de inflexión al reconocer que el terrorismo de Estado se sostuvo a través de una trama compleja que incluyó centros clandestinos, cadenas de mando y violencia sistemática, pero también discursos, silencios y operaciones mediáticas.

La Justicia avanzó así sobre un terreno históricamente postergado al señalar la responsabilidad civil en los crímenes de la dictadura.

Mientras desde el estado nacional resurgen discursos negacionistas y se relativizan los delitos del pasado, el fallo envía un mensaje claro. La condena a los represores reafirma el compromiso con la justicia y la orden de rectificación al medio de Bahía, establece un precedente sin antecedentes.

La memoria también se construye en los diarios y medios de comunicación en general, y esta vez la Justicia decidió intervenir para que deje de estar al servicio de la mentira flagrante.

Fuente: Infocielo