De 61 años, el conocido delincuente había sido beneficiado por el arresto domiciliario al ser considerado dentro del grupo de riesgo. Estaba cumpliendo condena en la cárcel de Devoto, y el 16 de mayo fue buscado por su grupo familiar.
Cruzaron toda la provincia de Buenos Aires en un vehículo particular, y a los pocos días, Barragán evidenció síntomas compatibles con Covid-19. El 21 de mayo fue trasladado al Hospital Penna, y allí los chequeos confirmaron esa suposición.
Ante esta situación el municipio hizo una presentación en la justicia para conocer la razón por la cual el convicto fue trasladado hasta Bahía Blanca y no se quedó en el gran Buenos Aires.
De igual forma su estadía en el centro de cuidados médicos no pasó desapercibida. El 27 de mayo se conoció que Barragán intentó salir de su habitación en varias oportunidades, y ante el peligro que eso significaba se dispuso que lo custodie la Policía Federal.
No todas fueron malas. Voluntariamente accedió a ser tratado con plasma, uno de los métodos que se están usando ante esta pandemia. “Su recuperación fue fenomenal luego de tratarlo con plasma”, describió una fuente médica que sigue de cerca el caso.
Ahora regresará a cumplir arresto domiciliario en la misma casa de la cual la ambulancia lo retiró hace prácticamente tres semanas, con la diferencia de que ahora tendrá una estricta custodia y monitoreo de la Policía Federal.
Fuente: La Brújula 24